Historia:
El distrito de Gràcia es uno de los diez distritos en que se divide administrativamente la ciudad de Barcelona. Es el sexto de la ciudad y comprende el territorio de la antigua Vila de Gràcia, aglutinada a partir de la parroquia en 1628 y población independiente de Barcelona desde 1856 hasta que se agregó de nuevo a Barcelona en el año 1897. Es el distrito más pequeño de Barcelona, con una extensión de 4,19 km², pero es el segundo con mayor densidad demográfica (28.660 habitantes por kilómetro cuadrado), al contar con una población de 120.087 habitantes según los datos del Instituto Nacional de Estadística de España del 1 de enero de 2005.
El Distrito de Gràcia aglutina a los barrios de Gràcia, Camp d’en Grassot i Gràcia Nova, La Salud, El Coll, Vallcarca y Penitentes. La regidora del distrito es Maite Fandos i Payà, de CiU.
Gràcia limita con los distritos del Eixample al sur, Sarrià-Sant Gervasi al oeste, y Horta-Guinardó al este.
Gràcia nació en el centro de la llanura de Barcelona, alredededor del antiguo camino que conducía de Barcelona a Sant Cugat (hoy el Carrer Gran de Gràcia), que se encontraba sobre una rica red hidrográfica de rieras y torrentes. Tras la prohibición en el siglo xiv de crear nuevas iglesias, monasterios u hospitales dentro del recinto amurallado de Barcelona, en la llanura barcelonesa se fueron asentando distintas órdenes religiosas. En este marco, en el año 1626 los carmelitas descalzos de la Rambla establecieron el Convent de Sant Josep en la actual Plaça de Lesseps, que pasó a conocerse como la Plaça dels Josepets. La iglesia fue dedicada a la Mare de Déu de l’Anunciació Plena de Gràcia y, de esta forma, se dio origen primero al nombre del camí o camino de Gràcia y, posteriormente, al topónimo del barrio. Con el tiempo, los alrededores del convento y de los demás asentamientos monásticos de Gràcia fueron urbanizándose sobre todo en las inmediaciones del camino, que en algunos tramos llegó a tener aspecto de calle.
Pero fue a lo largo del siglo xix cuando Gràcia vivió su gran desarrollo urbano e industrial, que se vio reflejado en el logro de la autonomía municipal y el nacimiento de un importante activismo social y obrero. El primer paso se dio en el año 1801, cuando Barcelona inició un largo proyecto de desarrollo urbanístico destinado a solucionar el problema de la vivienda obrera de la capital. El lugar escogido para ello fue el barrio de Gràcia, cuyo antiguo territorio fue reorganizado en 83 parcelas con sendos proyectos urbanísticosdestinados a la construcción de viviendas. Aunque independientes entre sí, los proyectos se rigieron por una pauta básica común: una plaza rectangular centralizaba la ordenación de las parcelas delimitadas por calles que respetaban el trazado de montaña a mar descrito por las rieras y torrentes de la zona. Además de la proliferación de las populares plazas de Gràcia, el resultado global, visible ya un siglo más tarde, fue un barrio de estructura irregular pero al mismo tiempo coherente.
Paralelamente a la realización de este plan urbanístico, durante el siglo xix se desarrolló la actividad industrial y menestral de Gràcia. Aunque sin llegar a la intensidad de los municipios vecinos de la llanura, en esta época Gràcia se convirtió también en un importante centro de producción textil gracias a los artesanos que trabajaban con telares manuales y al asentamiento de fábricas de vapor. Con el tiempo, las actividades relacionadas con la tipografía y las cerillas se sumaron a la producción textil y los bajos de las casas fueron ocupados por negocios artesanales de todo tipo. Todo ello fue unido al crecimiento del asociacionismo político y cívico, apoyado por el auge de las publicaciones impresas. Nacieron así agrupaciones de todo tipo como la Cooperativa de Teixidors a Mà (1876), Els Lluïsos (1855), el Centre Moral i Instructiu (1869) o el Orfeó Gracienc (1895), por citar algunas.
Los primeros años de este desarrollo fueron en paralelo a la lucha del barrio por conseguir la autonomía municipal, que logró finalmente en el año 1850. En esos momentos Gràcia tenía más de 13.000 habitantes y ocupaba una extensión superior al perímetro actual del barrio, ya que incluía la zona de la Salut y parte del sector oriental del actual barrio de Sant Gervasi. Las obras públicas y las mejoras en la comunicación e las infraestructuras no se hicieron esperar: iluminación de gas del municipio (1852), parada del tren de Sarrià en la parte oeste de Gràcia (1863), primer tranvía de caballos entre Barcelona y Gràcia (1872), aprobación del proyecto del Mercat de la Llibertat (1888), Mercat de l’Abaceria Central (1892), etc.
La condición de vila duraría 47 años, hasta la agregación de Gràcia a Barcelona en 1897. En esta fecha la vila contaba ya con más de 60.000 habitantes y 5.500 edificaciones y pasó, no sin resistencia, a ser de nuevo un barrio más de Barcelona. A lo largo del siglo xx, Gràcia se resentiría de ello entre otras cosas al verse afectada por proyectos urbanísticos globales que la dividieron irremediablemente. El ejemplo más ilustrativo de ello lo constituye el famoso scalextrix dibujado por la Plaça Lesseps y la Ronda del Mig a su paso por Gràcia, que partió en dos la efímera villa, separándola del barrio de la Salut a través del desacertado enclave que desde entonces ha estado eternamente condenado a las obras. A pesar de todo ello, Gràcia ha conservado hasta hoy gran parte de su identidad y del activismo social que siempre la caracterizó.
Cultura:
El mayor atractivo cultural y turístico del distrito es sin duda el Parque Güell, la admirada obra de Antoni Gaudí. Aun así, la animada vida de las callejuelas de Gràcia, llenas de bares, restaurantes y comercios hacen del distrito uno de los lugares más atractivos de la ciudad. Gràcia conserva el carácter propio de un municipio independiente pese a que hace más de cien años forma parte de Barcelona.
Gràcia cuenta con una gran riqueza asociativa gracias a la actividad de sus decenas de entidades cívicas y sociales. Las Fiesta Mayor de Gràcia, que tiene lugar a mediados de agosto, es el más vivo ejemplo. Las calles de Gracia se ornamentan con espectaculares adornos preparados por los vecinos durante meses, que luchan por obtener el premio a la calle mejor decorada. Las fiestas de Gracia, populares en toda Cataluña, atraen a los ciudadanos de toda Barcelona e incluso a los foráneos, que acuden al distrito para disfrutar de las terrazas de verano y las actuaciones de música en directo que proliferan en todas las plazas.
Cabe mencionar la importante presencia gitana que históricamente ha habido en Gràcia, y que ha contribuido a imprimirle carácter al barrio. De ella han surgido diversos artistas, como El Pescaílla, nacido en la calle Fraternidad de Gràcia, y considerado el fundador de la Rumba catalana, que posteriormente cultivarían otros artistas gracienses como Sabor de Gràcia, o Moncho, intérprete considerado el rey del bolero.
Los Mercados: El Mercat de la Llibertad (Plaça Llibertat), el Mercat de Lesseps (Carrer de Verdi, sobre la Travessera de Dalt) y el Mercat de L’Abaceria Central (Travessera de Gràcia). Los que ganan más encanto aun cuando ya eres asiduo a alguno y te conoces a los vendedores, los puestos, etc.
Algunos bares, cafés y restaurantes que he probado (son muchos, no me atrevo a decir que son los más recomendables, porque aún me queda mucho por conocer): Le Chatelet (bar), Eutopia (bar), Amorino (los mejores helados!), Chido One (Bar- Restaurante Mexicano), Nui Toc (restaurante), Sh sh Nadie lo Sabrá (bar), I Wok You (restaurante), Diamant (Bar), muchos de Kebabs, Shawarmas, Pitas.
Lugares de interés:
Detalle del Parque Güell.
Parque Güell
Plaza Vila de Gràcia (antigua Rius i Taulet)
Plaza del Diamante
Plaza del Sol
Calle Gran de Gràcia.
Travesera de Gràcia.
Lluïsos de Gràcia, un club histórico fundado el 1855.
El Cercle de Gràcia, entidad histórica fundada el 1903.
Biblioteca Jaume Fuster.
Iglesia de Nuestra Señora del Coll.