Histórica y administrativamente la Izquierda del Eixample se divide en la Antigua y la Nueva Izuqierda del Eixample. La primera comprendería el espacio entre la calle Balmes y la calle Urgell; la segunda comprende desde la calle Urgell a la de Tarragona.
Xavi García Vallejo | La Antigua Izquierda del Eixample tiene un núcleo original formado la parroquia de Sant Josep Oriol, entre las calles de la Diputación y de Urgell, y el edificio de la Universidad de Barcelona (UB), hecho en estilo neorrománico en 1882 por el arquitecto Elies Rogent.
El nombre de antigua viene a razón de que fue la parte Izquierda del Eixample donde se empezó a urbanizar antes. Es importante en el barrio la Facultat de Medicina de la Universidad de Barcelona, edificio catalogado y rodeado por el Hospital Clínico que fue construido simultáneamente.
Escuela Industrial de Barcelona, ubicada en la calle Urgell de Barcelona, en el Eixample Izquierdo.
A partir de este conjunto inicial, el barrio se desarrolló por encima de las vías del ferrocarril (MZA), en torno al núcleo del Ninot, que nace en la década de los 80 del siglo XIX al abrigo de una popular taberna. Este establecimiento tenía como elemento decorativo un muñeco, que acabó dando nombre a toda la zona de restauración y entretenimiento que se situaba en torno a un mercado al aire libre, antecedente directo del actual.
Con el Hospital Clínic, la Facultad de Medicina y la del Mercado del Ninot la zona se vio potenciada, especialmente a partir de los años 30 con una nueva arquitectura y la llegada de nuevos habitantes de las clases medias.
Actualmente, el barrio se caracteriza por un gran dinamismo comercial, de actividades y de ocio. Su oferta se ha visto enriquecida por un nuevo grupo de vecinos y visitantes, el colectivo gay, que ha cambiado parte su variedad comercial, enriqueciéndola.
De la Nueva Izquierda del Eixample destacan sobre todo tres edificios de Can Batlló (actual Escuela Industrial), la prisión Modelo, el antiguo Matadero (actual Parque Joan Miró), la plaza de toros de las Arenas (convertida ahora en centro comercial) y la Casa Golferichs.
Su urbanización y edificación no comenzó con fuerza hasta la década de 1930. Hasta entonces estaba formado mayoritariamente por conjuntos dispersos de barracas ocupadas por gente que venía a trabajar a las obras de la Exposición de 1929, una situación casi rural que, en ciertas zonas, se mantuvo hasta la posguerra. Pero la transformación de la antigua fábrica en Escuela Industrial en 1910 inició el proceso de modernización de la zona.
Ubicado en la calle Tarragona con Diputación, El Parque Joan Miró es uno de los más visitados.
Como elemento urbano históricamente destacable se debe citar el matadero municipal, inaugurado en 1892. Funcionó hasta 1979, año en que el solar fue destinado como parque, siuguiendo las previsiones de Cerdà. Este parque se inauguró en 1983, con la escultura de Miró Mujer y un pájaro como pieza emblemática.
Otro edificio importante es la Casa Golferichs (1901), creada como escuela religiosa y hoy centro cívico, después de haber sido salvada del derribo en 1972 por la presión popular.
La reforma de la avenida de Roma, permitirá constituir la avenida en un eje cívico de unión entre la Esquerra Antiga y la Nova y, al mismo tiempo, superar el carácter de barrera – primero por el paso del tren, después por la elevada circulación de vehículos- que ha tenido esta vía durante décadas.
Sant Antoni
El barrio de Sant Antoni es fruto de las reformas ligadas a la Exposición Universal de 1929 y la urbanización que ello supuso. La Avenida de Mistral, antiguo camino medieval de salida de la ciudad, se convirtió en el eje aglutinador de la vida del barrio.
Aunque el corazón es el mercado que le da nombre. Cuando Antoni Rovira i Trias hizo el gran mercado de hierro de Sant Antoni (1872-1882), no existían prácticamente casas a su alrededor. Pero poco a poco el mercado y sus paradas se convirtieron en una gran feria, dando personalidad y vida al barrio que se desarrolló en su entorno.
Es esta tradición comercial popular la que lo mantiene vivo, la que potencia su rehabilitación y la que impulsa una nuevo modelo comercial en el barrio, donde un puñado de empresas y comerciantes renueva y pone de moda esta zona de Barcelona. Los viejos comercios han sido sustituidos por nuevos negocios bajo el paraguas de ser la nueva cuna Hipster de la ciudad, que al llegar el Primavera Sound convierte sus calles en un hervidero de gente, de dentro y fuera de cualquier parte.
Este barrio protagoniza un momento diferente al de la mayoría de modelos conocidos. Aquí la apertura de negocios supera a los cierres, bajo nuevos referentes culturales y una nueva población que en parte recupera las raices y en parte reinventa al territorio.
Esta es sin duda una de las zonas con mayor potencial en la ciudad que al acabarse las obras del mercado brillará aún con más esplendor.
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